Era sábado, 10 de septiembre, en concreto. El Sol estaba deslumbrante, los rayos entraban por la ventana de mi habitación. Hice la cama, e inmediatamente entré en el cuarto de baño y me aseé. Eran ya las 12:10 de la mañana, me apresuré a bajar al piso inferior para desayunar, pues Sandra y Jorge me pasarían a buscar para ir al parque del pueblo a las 12 y media. Mi madre estaba allí, tan sonriente como siempre me dio un beso y me sirvió las tostadas. Todos se habían ido menos Marta, mi hermana mayor, que seguía durmiendo como una momia.
El timbre de la puerta sonó, yo estaba terminando de lavarme los dientes, cuando mi madre abrió y los invitó a entrar. Bajé rápidamente, pues no quería hacerlos esperar. Le dije adiós a mi madre y salimos de mi casa, cerrando la verja delantera. Caminamos tan solo 5 minutos para llegar. Una vez allí, nos sentamos en un banco y Jorge compró chucherías en el quiosco de enfrente, pero a mí personalmente, no me apetecía.
Alcé la mirada hacia la entrada del parque, no lo podía creer, era Carolina. Venía con dos amigas llamadas María y Tara, las cuales según me habían dicho eran muy simpáticas. Se sentaron en un banco a 5 metros de nosotros. Carolina se levantó dispuesta a ir al quiosco donde compramos nuestras chucherías. Pasó por delante nuestro:
Hola – dijo con esa voz tan dulce.
Me quedé perplejo, no sabía que decir asique solo hice un pequeño gesto con la mano.
Para mi sorpresa llegaron esos chicos de bachillerato, futboleros, cuyo líder era aquel estudiante que besó a Carolina, es decir, su novio.
Pasaron por delante nuestra y se pararon:
Anda, si son los frikis del instituto – dijo con tono burlón.
No somos ningunos frikis, ¿te crees guay por tener un grupito de chicos que te huelen el puto culo? – dijo Sandra con mucha rabia. Intenté decirle que no siguiera, pero era imposible.
¿Cómo has dicho? Para empezar, me llamo Adrián y este grupito de aquí con mis colegas, ¿algún problema con ellos? – dijo un poco enfadado.
No, no. Dejemos la fiesta en paz por favor – dije temblando. Pues eran grandes y fuertes y encima, unos 4 o 5 más que nosotros.
- Anda niñato de mierda, ven y dímelo a la cara.
Ya esto se estaba poniendo feo, cuando Carolina se acercó y le dijo, Adrián por favor, te han dicho que les dejes, no han hecho nada, vámonos :
Ni de coña, esto no es contigo – dijo con intención de que se fuera.
Entonces, se acercó hacia mí, cuando Jorge se abalanzó sobre él y Sandra le insultaba, sus amigos se unieron, se formó una pelea y acabé sangrando en el hospital.
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