CAPÍTULO 13
No podía
dejar de mirarla. Mientras yo cenaba, Lilly hablaba con Mike al final del
comedor. Indirectamente nuestras miradas se cruzaban. Al terminar, me levanté
de la mesa. Y me fui, sin despedirme por no interrumpir. Subí a mi habitación,
estaba realmente cansado. Había sido un día agotador. Me puse unos pantalones
largos, y una camisa blanca apretada. Me aseé, y me tumbé en la cama. Me puse a
pensar en tantas cosas, que ni recuerdo. Llevaba fuera de casa bastante tiempo,
y todavía esperaba estar mucho más. Pensé en mi futuro. En cuál sería mi
próximo destino, y lo tenía claro. No quería correr prisa, pues me interesaba
quedarme un largo tiempo en Irlanda. De pronto, cuando estaba a punto de coger
un libro que me prestó el recepcionista, sonó la puerta. Tres toques. Me
extrañó, pues ya eran las diez. Abrí, y allí estaba Lilly. Con su pelo rubio
suelto, y pude apreciar que era más o menos ondulado. Con el pijama ya puesto.
Era realmente sexy.
- ¿Puedo pasar? – dijo un poco avergonzada.
- ¡Claro! – y abrí la puerta del todo.
La chica
entró mirando para el suelo, y se sentó en la cama. Me puse a su lado. Parecía
preocupada. Era como un sueño, que una mujer realmente guapa y sensible toque
tu puerta por la noche. Entonces se dignó a levantar la cabeza, y con sus
largas pestañas me miró a los ojos. Tardó en abrir la boca, pero lo hizo:
- Marcos, yo… - no le salían las palabras.
- Eh, eh… - dije tocando su mano –dime, ¿qué pasa? No - me tapó la boca.
Comenzó a
acercarse a mí, hasta tenerla más cerca que nunca. Pude percibir su olor, su
aroma dulce. Nuestros labios se juntaron. Me besó.
- E… yo… - no podía hablar, me
quedé perplejo.
- No digas nada. Mira… lo siento, no debí hacerlo – se levantó y se
dispuso a salir por la puerta. Entonces, la cogí por el brazo y tiré de ella,
hasta volver a mirarla a los ojos.
- ¿No debí hacerlo? Vamos Lilly, no tenemos cinco años.
- Esto es difícil para mí… no he estado con nadie, o mejor dicho sentido
esto desde hace tiempo.
- Yo no te pido que hagas nada, simplemente que no te arrepientas de lo
que acaba de suceder.
- ¿Qué me arrepienta? Marcos, eres increíble. Y aún no puedo creer que
sienta esto aquí dentro, por ti en tan solo un par de días. Puede ser
simplemente atracción física, pero es algo muy raro – dijo preocupada.
- Lo sé, yo también lo siento, y créeme, no es solo atracción física. Es
obvio que eres increíblemente guapa, pero no solo eres eso Lilly, y deberías
darte cuenta de que no todos los tíos son iguales.
- Tengo miedo.
- Y yo tengo miedo de que esto no vuelva a pasar.
Me miró
dulcemente. Como pensando lo que iba hacer. Cerró de nuevo la puerta. Tendió
sus brazos alrededor de mi cuello, nos tumbamos en la cama, y la pasión se
apoderó de la situación.
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