martes, 16 de abril de 2013

Está en ti, CAPÍTULO 13


                                                             CAPÍTULO 13


No podía dejar de mirarla. Mientras yo cenaba, Lilly hablaba con Mike al final del comedor. Indirectamente nuestras miradas se cruzaban. Al terminar, me levanté de la mesa. Y me fui, sin despedirme por no interrumpir. Subí a mi habitación, estaba realmente cansado. Había sido un día agotador. Me puse unos pantalones largos, y una camisa blanca apretada. Me aseé, y me tumbé en la cama. Me puse a pensar en tantas cosas, que ni recuerdo. Llevaba fuera de casa bastante tiempo, y todavía esperaba estar mucho más. Pensé en mi futuro. En cuál sería mi próximo destino, y lo tenía claro. No quería correr prisa, pues me interesaba quedarme un largo tiempo en Irlanda. De pronto, cuando estaba a punto de coger un libro que me prestó el recepcionista, sonó la puerta. Tres toques. Me extrañó, pues ya eran las diez. Abrí, y allí estaba Lilly. Con su pelo rubio suelto, y pude apreciar que era más o menos ondulado. Con el pijama ya puesto. Era realmente sexy.

-        ¿Puedo pasar? – dijo un poco avergonzada.

-        ¡Claro! – y abrí la puerta del todo.

La chica entró mirando para el suelo, y se sentó en la cama. Me puse a su lado. Parecía preocupada. Era como un sueño, que una mujer realmente guapa y sensible toque tu puerta por la noche. Entonces se dignó a levantar la cabeza, y con sus largas pestañas me miró a los ojos. Tardó en abrir la boca, pero lo hizo:

-        Marcos, yo… - no le salían las palabras.
-        Eh, eh… - dije tocando su mano –dime, ¿qué pasa? No -  me tapó la boca.

Comenzó a acercarse a mí, hasta tenerla más cerca que nunca. Pude percibir su olor, su aroma dulce. Nuestros labios se juntaron. Me besó.

-        E… yo…  - no podía hablar, me quedé perplejo.
-        No digas nada. Mira… lo siento, no debí hacerlo – se levantó y se dispuso a salir por la puerta. Entonces, la cogí por el brazo y tiré de ella, hasta volver a mirarla a los ojos.
-        ¿No debí hacerlo? Vamos Lilly, no tenemos cinco años.
-        Esto es difícil para mí… no he estado con nadie, o mejor dicho sentido esto desde hace tiempo.
-        Yo no te pido que hagas nada, simplemente que no te arrepientas de lo que acaba de suceder.
-        ¿Qué me arrepienta? Marcos, eres increíble. Y aún no puedo creer que sienta esto aquí dentro, por ti en tan solo un par de días. Puede ser simplemente atracción física, pero es algo muy raro – dijo preocupada.
-        Lo sé, yo también lo siento, y créeme, no es solo atracción física. Es obvio que eres increíblemente guapa, pero no solo eres eso Lilly, y deberías darte cuenta de que no todos los tíos son iguales.
-        Tengo miedo.
-        Y yo tengo miedo de que esto no vuelva a pasar.

Me miró dulcemente. Como pensando lo que iba hacer. Cerró de nuevo la puerta. Tendió sus brazos alrededor de mi cuello, nos tumbamos en la cama, y la pasión se apoderó de la situación.

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